Cuando sentimos que algo va mal en nuestra vida, puede ser un alivio poder poner las palabras justas a las cosas que nos están pasando.
Puede haber muchas razones para querer hablar con un psicólogo. ¡Todas son lo suficientemente buenas!
Tal vez usted esté luchando con la ansiedad y la depresión, o se siente «encerrado» en su rutina. Puede que usted y su pareja estén pasando por momentos difíciles en la convivencia, o tiene sueños y metas pero no encuentra la manera de llegar a ellos. Puede sentirse agobiado por el control de su peso a raíz de la puesta en práctica de una dieta demasiado restrictiva. ¡Nada es demasiado grande, nada es demasiado pequeño! Si a usted le incomoda, es importante trabajarlo. Estas cuestiones si no se tratan, se tornan más graves a largo plazo.
La vida está llena de acontecimientos y desafíos inesperados, que a veces nos sacan de nuestro equilibrio:
- Estado de ánimo depresivo, tristeza.
- Falta de autoestima o baja autoestima.
- Estrés.
- Dificultades en el área laboral.
- Crisis en la pareja.
- Ansiedad de desempeño o nerviosismo.
- Aprender a decir que NO.
- El miedo a no ser lo suficientemente bueno.
- El duelo por separación, muerte u otra pérdida.
- Desórdenes alimentarios.
¿Está luchando con dificultades emocionales, sabe que algo está mal y quiere ayuda para resolver estos problemas? Trabajar con un psicólogo/a puede ayudarle a sentirse mejor y más pleno/a. Incluso un breve período de tratamiento puede proporcionarle habilidades valiosas y eficaces para manejar las emociones dolorosas, obtener un mayor sentido de confianza y bienestar. Apoyarle para que consiga la mejor versión de si mismo.